5 diciembre 2024

El último tren

El 11 de enero a las 22:54 y desde Plaza de Mayo, partió el último tren La Brugeoise en servicio comercial tras 99 años, un mes y 10 días uniendo destinos en la línea de Subte más antigua de habla hispana. Un repaso de los múltiples homenajes, en un documento multimedia de enelSubte.com

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Desde temprano la línea A vivió un clima distinto a cualquier otro día. A primera hora ya se podían observar en varias estaciones numerosas personas fotografiando a los centenarios trenes La Brugeoise. Tanto por dentro como desde los andenes, los destellos de los flashes de las cámaras fotográficas o celulares eran un factor común a lo largo de la línea. Hoy es el último día de circulación de las formaciones más antiguas en servicio comercial en todo el mundo. Los centenarios trenes La Brugeoise se despiden de una forma poco feliz: con falta de mantenimiento, juzgados erróneamente por ser inseguros, sin un plan de preservación, y con destino incierto. Desde el desafortunado “asado” que pretende hacer el jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta hasta las declaraciones de la presidenta Cristina Fernández abogando por su protección, estas formaciones procedentes de Bélgica están en boca de todos.

Si bien existen proyectos que buscan reinsertar a servicio parte de la flota para viajes turísticos los fines de semana en la línea, lo cierto es que aún no existen planes concretos. El Gobierno de la Ciudad da versiones distintas según a quién y cuándo se le pregunte. Lo único seguro es que los coches, por un buen tiempo, irán a parar de la intemperie. Todo es producto de una apresurada e injustificada decisión de cerrar una línea de Subte por dos meses para renovar una flota de material rodante. Algo inédito y sin precedentes en una línea de metro que preste servicio regularmente.

El último viaje

Durante toda esta tarde la línea prestó servicio normal, salvo entre las 14:40 y las 15:00, momentos en los que el andén central de la estación Plaza de Mayo estaba colapsado de gente y algunos trenes no podían salir a servicio. La Policía y los empleados de Metrovías procuraban evitar que algunas personas cayeran a las vías, mientras los medios de comunicación buscaban la mejor toma para filmar las declaraciones de funcionarios y gremialistas previas a abordar el “último viaje” simbólico, parte de la convocatoria que la AGTSyP realizó para esta tarde. “¿Anda este tren?”, pregunta una señora mayor asombrada por el alboroto del andén. “¿Cómo no va a andar? Anduvieron 100 años, va a andar ahora tambien” le respondió, entre risas, un hombre que estaba subiendo al “último tren”. La formación encabezada por la unidad 47 partió con destino Primera Junta. A bordo viajaban el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra, los legisladores María Rachid, Rafael Gentili y Alejandro Bodart, y el embajador de Bélgica Thomas Antoine, entre otras personalidades.

Y asi partió, desde Plaza de Mayo, con música en vivo en el primer coche. Mientras el Brugeoise aceleraba repleto como si fuera hora pico, la guitarra sonaba y todos cantaban, sin distinciones entre trabajadores, funcionarios o simples pasajeros, como si un gran grupo de amigos le rindiera homenaje a alguien muy querido que emprenderá un viaje por mucho tiempo. En otro coche, y sólo cuando el tren frenaba en una estación, se podían escuchar a lo lejos los cánticos contra el gobierno local: “¡Ay Mauricio, ay Mauricio, no te lo decimos más, si tocan a las Brujas, qué quilombo se va a armar!”.

Al arribar a las 15:20 a la que supo ser la última estación de la línea A durante 95 años, el cantautor Horacio Fontova aguardaba en Primera Junta con su guitarra para cantarle a estas centenarias formaciones. Apenas se detuvo el tren, el cantante arrancó con el tema “La nochera” de Ernesto Cabezas y Jaime Dávalos. En el estribillo, el artista cambió la letra dedicándoselo a “mi brujita nochera”. Luego, Fontova dijo: “Algunos se quejan que estos trenes se mueven. Yo les aclaro que se mueven para ser dinamicos y evitar rajaduras y descarrilamientos. No son rígidos. Rigidas son algunas medidas….”. “¡Vivan las Brujas!” remató el cantautor al finalizar su actuación en el extremo oeste del andén.

Pero la conmemoración recién comenzaba. El pequeño andén central de Plaza de Mayo estaba lejos de vaciarse. Desde poco después del mediodía un importante grupo de personas se concentra en la estación con pancartas, altoparlantes y carteles. Buscan proteger a “las Brujas” del “asado” de Larreta y piden por su conservación. Otros, incluso, aseguran que “las Brujas no son inseguras” y claman por su continuidad al servicio regular de la línea A.

El mismo clima de fervor y nostalgia se vive en el resto de las estaciones. En cada una de ellas, en mayor o menor medida, hay personas fotografiando, filmando y aplaudiendo a los Brugeoise cuando arriban a cada parada. Pero en Plaza de Mayo, aquella estación debajo de la plaza testigo de momentos históricos del país, el escenario era conmovedor. Una mezcla de indignación y bronca por la injustificada y abrupta partida, de emoción y despedida. Se podían ver niños con lágrimas en los ojos, y numerosos turistas recorrer de punta a punta el andén.

El anuncio automático por los altoparlantes que advierte a los pasajeros sobre el cierre de la línea A a partir de mañana parecía amargar aún más la tarde. Esta noche, a las 22:54, desde esa misma estación que hoy fue epicentro de múltiples despedidas, partió el último tren La Brugeoise. El último recorrido de la flota más antigua del mundo en servicio comercial. Noventa y nueve años, un mes y diez días uniendo destinos. Au revoir mais pas adieu !

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