El día de ayer el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) realizó la inauguración de un nuevo tramo del Tren Maya, entre Cancún y Playa del Carmen. Se trata de 45,6 km de vía doble electrificada, de las cuales 30 km discurren en viaducto, y 2 estaciones nuevas (Puerto Morelos y Playa del Carmen) que se suman a los 858 km y las 22 estaciones en operación.
El Tren Maya es un ferrocarril construido y operado por el estado a partir de la empresa Olmeca-Maya-Mexica (OMM). Servirá a cinco estados mexicanos (Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo) a lo largo de la península de Yucatán. Una vez completado totalizará 1554 km de vías, incluyendo unos 800 km electrificados, y 34 estaciones. Si bien el ferrocarril fue ideado principalmente para el tráfico de pasajeros, no se descarta que sea utilizado también para el transporte de cargas en el futuro.
El sector que AMLO puso en servicio ayer desde la estación Cancún-Aeropuerto corresponde al tramo 5 norte y se espera que sea uno de los más demandados, sirviendo tanto a pasajeros locales como a turistas. En una región que tiene al turismo como su principal actividad económica.
En principio, Cancún y Playa del Carmen estarán conectadas por cinco servicios diarios en cada sentido, tres de los cuales serán netamente turísticos, mientras dos estarán destinados a servir a la población local y a los trabajadores de la Riviera Maya. Los pasajes se encuentran a la venta a partir de hoy viernes con tarifas que parten de 148 pesos mexicanos para locales (unos 8,70 dólares) y 197 pesos mexicanos para turistas (11,50 dólares).
En la estación Cancún-Aeropuerto se podrá combinar con los servicios a Palenque, que se encuentran en operación desde diciembre del año pasado con dos trenes diarios por sentido. Estos servicios, inaugurados por secciones a partir del 15 de diciembre, transportaron más de 50 mil pasajeros en sus primeros 55 días de operación, según informó el gobierno mexicano.
Se espera que en los próximos meses finalice la construcción del tramo 5 sur (entre Playa del Carmen y Tulum), del tramo 6 (entre Tulum y Chetumal) y del tramo 7 (entre Chetumal y Escárcega). De esta manera, se completará un circuito que permitirá recorrer la península en ambos sentidos.
El Tren Maya opera con formaciones híbridas (diésel-eléctricas) fabricadas por Alstom en México con un 72% de integración nacional denominadas X’Trapolis Tsíimin K’áak, tienen una velocidad comercial máxima de 160 km/h. En total se fabricarán 219 coches que constituirán 42 formaciones de 4 y 7 coches con tres configuraciones: larga distancia (que incluirá camarotes), restaurante (pensada para ofrecer una experiencia gastronómica de alto nivel) y regular.
Se estima que en total el proyecto demandará unos 28.000 millones de dólares para su concreción. En total serán 1.554 km de vía completamente nueva, gran parte electrificada y con enorme cantidad de puentes y viaductos.
La construcción de un proyecto de esta magnitud en una zona de gran riqueza natural y arqueológica como la península de Yucatán no estuvo exenta de críticas de parte de ambientalistas. La principal crítica apunta contra el ataque que las obras significan para la biodiversidad, donde se talaron unas 2.500 hectáreas de selva, se dañaron cenotes y se afectaron áreas naturales protegidas.
El gobierno mexicano responde que gran parte de la traza ya existía –algunos tramos tenían tránsito esporádico de cargas y otros estaban abandonados– y que en ninguna de las audiencias públicas se pudo demostrar que la eventual afectación ambiental del Tren Maya supere a sus beneficios. Con relación a las objeciones de carácter arqueológico, el gobierno de López Obrador comunicó que se encuentra haciendo tareas de recuperación de más de 40.000 bienes culturales y arqueológicos encontrados durante las obras, que serán preservados y exhibidos.
El Tren Maya se suma a la lista de proyectos ferroviarios impulsados por AMLO a través de la inversión pública, entre los que se destacan el Tren El Insurgente entre la Ciudad de México y Toluca –un servicio completamente nuevo que inauguró su primera etapa hace pocos meses– y el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec.
