La empresa ferroviaria de la provincia de Buenos Aires, Ferrobaires, dejará de existir el próximo 15 de marzo de acuerdo a lo dispuesto por la gobernadora María Eugenia Vidal en un decreto firmado este lunes.
Según estipula la norma, los bienes muebles e inmuebles afectados a la concesión de Ferrobaires serán transferidos a la órbita del Ministerio de Transporte de la Nación, así como la responsabilidad sobre la prestación de los servicios que la empresa tenía a su cargo y los que ya había dejado de prestar a lo largo de su lenta decadencia.
La decisión de Vidal, si bien era esperada, causó malestar e inquietud en el sindicato La Fraternidad -que agrupa a los maquinistas- dado que alegan aún no está claro el futuro de 152 empleados que todavía no fueron transferidos a Trenes Argentinos.
“Sabemos que algunos compañeros de Mechita y Bragado fueron cesanteados antes del último fin de semana“, dijo Jorge Giannone, delegado de la seccional Mar del Plata, al diario La Capital de dicha localidad y agregó que “en el ramal de nuestra ciudad ya se traspasó a bastante gente y, hasta el momento, estamos trabajando en las mismas condiciones que antes”.
Giannone informó que la situación más complicada es la de aquellos trabajadores que desempeñaban tareas en ramales por los que los servicios ferroviarios habían dejado de circular o bien lo hacen con considerables recortes respecto de la ya magra oferta de los últimos tiempos de Ferrobaires, por lo que señaló que “hasta el momento tenemos 137 compañeros traspasados a Trenes Argentinos, pero hay otros 152 que no”
Ferrobaires, nombre comercial que empleaba la empresa Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial (UEPFP), había sido creada el 15 de enero de 1993 por el entonces gobernador bonaerense Eduardo Duhalde en el marco de la inminente cancelación que sufrirían los trenes de pasajeros de larga distancia que hasta entonces prestaba la empresa estatal nacional Ferrocarriles Argentinos, hecho que se concretó el 10 de marzo de ese año. Para evitar que distintos puntos de la provincia quedaran sin ferrocarril, Duhalde aceptó la oferta formulada por el Gobierno nacional de entonces y obtuvo en concesión material rodante e infraestructura para la prestación de los servicios.
Tras un breve auge inicial, sobre todo gracias al estado del material rodante y de la infraestructura recibida de parte de FA -por ejemplo, Ferrobaires recibió un numeroso lote de locomotoras General Motors GT-22 que habían sido de las últimas fabricadas en los astilleros ASTARSA durante los años 80, por lo que eran entonces las más modernas del país-, la calidad de servicio comenzó a deteriorarse ante la falta de mantenimiento y malas prácticas administrativas que fueron objeto de numerosas denuncias.