El Secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, expresó que “aún no hay fecha” para el comienzo de obras del Subte cordobés. En declaraciones a la emisora local Cadena 3, Schiavi adelantó que una comitiva de la repartición que conduce viajará a China durante el mes de mayo para firmar un nuevo memorándum de entendimiento con la empresa China Railways. En julio pasado, el secretario había rubricado un documento similar durante la visita que realizara la Presidente de la Nación al país asiático.
“Nosotros tenemos un memorándum de entendimiento con China por el cual la compañía más grande de China en este tipo de obras, iba a estar disponible para poder invertir y poder llegar a un mecanismo de financiamiento, que es el tema más complejo para realizar el subte de Córdoba”, advirtió Schiavi. Llamativamente, el funcionario dijo que “es bueno aclararlo para los periódicos de Córdoba, porque hubo varios dichos de autoridades políticas de Córdoba sobre el costo de la obra, y todavía no está licitada y no tiene un precio”.
A pesar de una omisión tan básica como fundamental en un proyecto como este que por su naturaleza comprometerá el erario del Estado nacional, costo que será afrontado por todos los argentinos, el Consejo Deliberante aprobó por unanimidad el permiso para disponer del subsuelo cordobés. Las palabras del secretario Schiavi permiten sospechar, entonces, que dicho trámite se llevó adelante con información insuficiente y poco clara sin importar las consecuencias que tales acciones podrían acarrear al conjunto de la Nación. En ese sentido, vale la comparación entre el costo estimado para el Subte cordobés -18,5 kilómetros de túneles repartidos en 4 líneas y 29 estaciones con material rodante incluido, a excavar en suelo rocoso y a licitar mediante la metodología “llave en mano”- de alrededor de 1800 millones de dólares, con el costo de la línea G del Subte porteño -licitada también “llave en mano” con material rodante incluído pero a extenderse por 7,3 kilómetros, 12 estaciones y a excavar en suelo arcilloso de fácil remoción y gran estabilidad-, de 1400 millones de dólares. O el Subte cordobés será muy económico o la línea G será muy cara.