12 octubre 2024

El giro de Metrovías

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El pragmatismo brutal que se utiliza en el mundo de los negocios, le permitió al Grupo Roggio, que controla el 90 por ciento de Metrovias, cambiar radicalmente su estrategia sin que se le moviera un pelo. Y el mejor ejemplo son las posturas públicas que la empresa dio a conocer desde el inicio de la guerra entre la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner y el jefe de gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri.

“Lo más sorprendente de las acciones de la concesionaria, es que un día dice una cosa y a las 48 horas afirma todo lo contrario. A eso se suma el énfasis que pone ante cada nueva posición negando lo que hacía poco había asegurado ante todos los medios periodísticos a su disposición. Esa es la explicación de sus recientes críticas a la administración de Propuesta Repuesta Republicana (Pro), a quien le pidieron a través de una solicitada dada a conocer el martes 5, que ‘asuma el control y manejo de la concesión y de esta manera normalizar la situación en la que se encuentra el subte para poder planificar el futuro’. Es increíble que ahora culpen del conflicto a la Ciudad, con el mismo énfasis que días atrás estaban unidos al macrismo en su pela con la Nación, llegando a aconsejarle al titular del Sbase, Juan Pablo Piccardo, que no concurra a las reuniones de entre el Ministerio de Trabajo nacional, Metrovías y los gremios que representan a los trabajadores del subte”, le explicó a Noticias Urbanas un abogado laboralista que conoce a la perfección como actúa el Grupo Roggio en cada una de las empresas que controla.

Por último, el letrado consultado por este medio agregó: “Es más, la postura del PRO de que no tenía nada que ver en el problema salarial entre los laburantes y la concesionaria, era apoyada y fogoneada por Roggio, a pesar de las amenazas K de utilizar la fuerza pública para que los funcionarios capitalinos concurrieran a las reuniones”.

En una parte de la solicitada que Metrovias dio a conocer el martes, la empresa responsabilizó a la metrópolis por el retraso de las negociaciones paritarias. Esta frase fue el dato clave que les confirmó a los operadores macristas que la nueva posición adoptada por los concesionaria se contradecía de una forma tan burda con lo que avenía sosteniendo hasta hace poco, que caía de maduro que el Grupo Roggio había pactado con el kirchnerismo y eso significaba que pasaban de aliados a enemigos de Propuesta Republicana (Pro).

“Lo expresado por la empresa carece de todo tipo de análisis. Porque cuando se realizaron las negociaciones por paritarias en el Ministerio de Trabajo, los directivos del Grupo Roggio señalaron que la Ciudad no tenía nada que ver en la discusión y le aconsejaron a Piccardo que no concurriera al encuentro porque no tenía nada que hacer allí”, le señaló a este medio un político macrista.

Lo cierto es que pese al enfrentamiento político entre la Nación y la Ciudad, Mauricio Macri no podrá seguir esquivando por mucho tiempo la responsabilidad concreta que tiene en el tema. Las seis líneas de subterráneos sólo funcionan en la Capital Federal y en base a eso suena perfectamente lógico que sea su administración la que deba hacerse cargo de los subsidios.

El dato que peor deja parado al Jefe de Gobierno es la medida que Macri tomó al aumentar el boleto, aún reconociendo que el servicio que la concesionaria le brindaba a los usuarios era deficiente.

por Antonio Lizzaro

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