El delegado de la línea B, Claudio Dellacarbonara, dijo que “los subtes son una bomba de tiempo” ante la posibilidad de que ocurran accidentes gracias al mal estado de las formaciones y de las vías del sistema, utilizado por un millón y medio de personas al dia. “Los medios de transporte están colapsados. En eso no tiene sólo culpa el gobierno, sino también las empresas que sólo garantizan sus ganancias”, enfatizó.
En una asamblea realizada durante el día en la estación Federico Lacroze, los trabajadores de la línea B decidieron suspender el paro que habían anunciado para hoy ante la propuesta realizada anoche por Metrovías en el Ministerio de Trabajo. Allí, los delegados presentaron sus reclamos por una mayor cantidad de formaciones, personal y seguridad en el trabajo en la traza más congestionada de la red. En declaraciones televisivas, Dellecarbonara advirtió: “El problema de fondo no está solucionado con esto, la falta de mantenimiento, de inversión, de la inoperancia de la empresa que ha generado la muerte de un trabajador”. “Los responsables son los directivos de esta empresa y los organismos de control del Estado que no han hecho nada para evitar lo que nosotros veníamos avisando”, se quejó.
En la actualidad, la línea B moviliza alrededor de 350.000 personas al día en condiciones de saturación e inseguridad cada vez mayores. Esta situación se agravó en diciembre con la apertura de la combinación con la línea H en la estación Pueyrredón, y seguramente empeorará con la inauguración de las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas (ex Villa Urquiza) si no se incorporan más formaciones al servicio. Sobre ese particular, Metrovías propuso agregar dos trenes más a la flota aunque no trascendió de dónde los sacaría.
En 2008, el entonces secretario de Transporte Ricardo Jaime firmó un contrato con el Metro de Madrid para la adquisición de 36 coches (seis formaciones) CAF serie 5000 que iban a ser dados de baja en España para reforzar la flota de la línea B. Sólo dos triplas arribaron a Buenos Aires, ya pintadas con la librea amarilla de Metrovías y a las que se les colocaron patines colectores para tercer riel además de suplementos en los costados para salvar la distancia con los andenes, con las que se realizaron exitosas pruebas. Sin embargo, la crisis internacional obligó al Gobierno a suspender la compra. Aparentemente el actual secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, se habría comprometido con el Gobierno de la Ciudad a darle curso a dicho contrato pero hasta ahora no hubo definiciones oficiales al respecto.
En 1995, Metrovías gestionó la compra con dinero del Estado de los actuales coches Mitsubishi Eidan al metro de Tokio. A pesar de la gran disponibilidad de coches en excelente estado que había en Japón en aquel entonces, en donde habían sido radiados hacia 1992, Metrovías sólo adquirió 128 unidades para atender el servicio entre Leandro Alem y Federico Lacroze. En 2003, con la extensión a Los Incas, comenzaron los problemas de congestión que hoy se ven agravados ante la insuficiencia de material rodante para cubrir mayores distancias y un fuerte aumento en la demanda del servicio.