La aún breve y polémica gestión de Marcelo Orfila al frente de Trenes Argentinos Operaciones (ex SOFSE) ha sido, a la fecha, objeto de numerosas controversias. A pocos meses de asumir (autotitulándose “CEO” y dándose a sí mismo el salario más alto de la administración pública nacional), Orfila comenzó a desplegar en la empresa ferroviaria estatal una estrategia acerca de lo que más sabe: negocios inmobiliarios.
Así fue como, meses atrás, la SOFSE empezó a notificar a los inquilinos de locales comerciales ubicados en estaciones ferroviarias que realizaría un revalúo de los alquileres que éstos abonaban a la empresa estatal. Una de las primeras notificadas fue la panchería Discapanch, localizada en el hall de Retiro Mitre, un emprendimiento pionero en la inclusión laboral de las personas con discapacidad. En este caso, el revalúo implicaba un aumento del alquiler superior al 800%. Otros inquilinos se vieron afectados por incrementos del orden del 500%.
Pero el aumento de la recaudación por ingresos no tarifarios no sería el único objetivo perseguido por la SOFSE. Fuentes de la empresa dialogaron con este medio y, pidiendo absoluta reserva, comentaron que la idea de las autoridades llegadas a la SOFSE con el cambio de gobierno es desplazar a los actuales locatarios y reemplazarlos con “marcas de primer nivel”.
La estrategia está siendo delineada desde la Gerencia Comercial por Santiago Pérès Kemp, un ex ejecutivo de la firma inmobiliaria Consultatio, y por David Castiglioni, un profesor de Marketing de la Universidad de San Andrés con dilatada carrera en el sector privado.
Recientemente el propio Castiglioni anunció “la reconversión arquitectónica y comercial del hall de Retiro Mitre”. proyecto que incluye “conversar con marcas de primer nivel, con foco en el hall Mitre, luego Constitución”.
“En once meses no anunciaron nada referido a operaciones. En vez de abrir nuevos servicios, mejorar los pocos del Interior, o comenzar a correr los de Ferrobaires quieren hacer las nuevas galerías Pacífico a 300 metros de la villa, esas son hoy las prioridades”, ironizó otra fuente.
La administración de los inmuebles ferroviarios
Según afirman, que la SOFSE haya decidido aumentar los alquileres unilateralmente constituye una irregularidad, ya que en ese proceso debería haber intervenido el Tribunal de Tasaciones de la Nación.
No obstante, este no sería el único punto oscuro. De acuerdo con la normativa vigente, todos los inmuebles ferroviarios (tanto terrenos como locales, que se estiman en alrededor de 1000) deben ser administrados por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). De hecho, el reciente anuncio de la venta de dos playas ferroviarias en Buenos Aires y de otra parcela en Mendoza estuvo a cargo de este ente.
La AABE, por definición, debe ocuparse de la gestión de todos los bienes ferroviarios no afectados a la explotación. El decreto 1382/12, que creó este organismo descentralizado en la órbita de la Jefatura de Gabinete, modificó incluso la ley de reordenamiento ferroviario de 2008, donde la competencia sobre inmuebles ferroviarios correspondía a la ADIF (hoy Trenes Argentinos Infraestructura). “Están pasando por encima del decreto, el revalúo tiene que hacerlo la AABE”, explicaron a este medio.
La SOFSE, sin embargo, parece apoyarse en la resolución 1342/2013 del ex Ministerio del Interior y Transporte aprobada en 2013, mediante la que se le asignó a la empresa estatal la explotación de los “servicios colaterales y complementarios”. En aquel entonces, al caer las concesiones privadas y revertir la administración de las líneas al Estado se había priorizado eliminar las concesiones de los vestíbulos de estaciones (exceptuando Once, que se mantuvo bajo ese régimen), aunque manteniendo a los inquilinos. En ese caso, el ministerio había ordenado una actualización de los alquileres, que en ningún caso superó el 200% y que corrió por cuenta del Tribunal de Tasaciones de la Nación.
“Hoy día la SOFSE no tiene excusa para seguir administrando inmuebles de manera directa, el estatuto ni siquiera lo prevé porque originalmente era una potestad de ADIF. Para 2016, sin bien no lo decía en el Plan Quinquenal, el objetivo era pasarle todo el paquete al AABE, como corresponde. Pero con la llegada de Orfila todo eso se frenó“, confía otra fuente desde dentro de la empresa.