Esta tarde una formación Fiat Materfer de la línea A debió ser evacuada a raíz de un principio de incendio en el primer coche. En diálogo con pasajeros que abordaban la unidad, informaron a este medio que antes de arribar a la estación Río de Janeiro, el tren se quedó sin iluminación al tiempo que sonó un ruido que provenía de abajo de los coches.
Mientras el coche continuaba con el envión, el cual sirvió para poder alcanzar la estación y evacuar a los pasajeros, se comenzó a percibir el olor a quemado y el humo que invadía el interior. Poco tiempo después del corte de luz, la energía fue reestablecida y, tras arribar a Río de Janeiro, de inmediato se avisó por los altoparlantes que el tren debía ser evacuado.
El motorman de la formación, como primera medida, atacó el foco del humo del primer coche con el matafuego que se aloja en la cabina.
El tren en cuestión es un Fiat Materfer de fabricación nacional en la década del 80, que fueron destinados a la línea A para reforzar la flota de los trenes La Brugeoise cuando se inauguraron las estaciones Puan y Carabobo. En enero el Gobierno de la Ciudad decidió el cierre de la línea A por un lapso de 56 días, amparándose en la necesidad de realizar inversiones en mantenimiento e infraestructura.
Tras la reapertura de la línea, los trenes Fiat sólo han sido ornamentados en su exterior, algo que sólo ha afectado a la mitad de ellos. En tanto, las tareas de mantenimiento que los coches requieren no se han llevado a cabo.
Tanto los trabajadores del Subte como técnicos especializados de los talleres han denunciado en reiteradas oportunidades que las formaciones Fiat Materfer aún no han recibido la correspondiente Revisión General (RG) que se le debe realizar a las unidades tras alcanzar cierto kilometraje recorrido, especificado en el manual de los mismos. Tal vez dos meses de cierre no alcanzaron más que para decorar las unidades.
