12 octubre 2024

Restablecen el servicio a Bahía Blanca, pero tardará más y habrá menos frecuencias

El servicio Buenos Aires - Bahía Blanca volverá a circular este viernes, luego de un mes y medio de interrupción. Habrá una frecuencia menos por semana, pasando de tres a dos, y tardará seis horas más, pasando de casi 13 horas a casi 19. Es por las limitaciones de velocidad impuestas por las concesionarias cargueras. Un golpe al corredor que implica una fuerte pérdida de competitividad.

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El servicio estaba interrumpido desde el 8 de marzo pasado a causa de un descarrilamiento ocurrido en Pourtalé. Si bien Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) estimaba reanudar el servicio para el 17 de marzo, una orden judicial prohibió el restablecimiento de las prestaciones.

Tal como explicó enelSubte, luego de que días atrás la Justicia levantara esa medida cautelar, se realizaron viajes de prueba para verificar el estado de la infraestructura y determinar ajustes al diagrama de servicio.

De acuerdo con lo informado por SOFSE, el servicio reducirá sus frecuencias: de tres servicios semanales por sentido pasará a tener sólo dos, saliendo martes y viernes desde Plaza Constitución y volviendo miércoles y domingos desde Bahía Blanca Sud.

Esta no es la única afectación: también se extenderá notablemente el tiempo de viaje total entre cabeceras, pasando de tardar poco menos de 13 horas a casi 19 horas.

Según SOFSE, este incremento en el tiempo de viaje se debe “al diagrama establecido por las empresas de carga concesionarias” que administran la mayor parte de las vías por las que circula el servicio: Ferrosur Roca para el tramo Cañuelas – Olavarría y Ferroexpreso Pampeano para el sector Olavarría – Bahía Blanca.

El establecimiento de una limitación de velocidad para un servicio que circulaba con una velocidad promedio de apenas 49,6 km/h es más que llamativa. Según la propia concesionaria Ferroexpreso Pampeano, la infraestructura de vías se encontraba en buen estado y no fue la causa del descarrilamiento del pasado 8 de marzo.

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La situación vuelve a poner de manifiesto el obstáculo para la mejora de los servicios ferroviarios de pasajeros que implica el hecho de que las concesionarias cargueras continúen determinando las condiciones de circulación de los trenes. Cabe recordar que la concesión de Ferroexpreso Pampeano, que administra el sector donde se produjo el descarrilamiento de marzo, se encuentra vencida. Fue prorrogada por única vez el año pasado y expirará en junio próximo, siendo la primera cuya administración revertirá al Estado.

Por lo pronto, el nuevo diagrama implica un duro golpe para el servicio de pasajeros entre Buenos Aires y Bahía Blanca.

Por un lado, porque un tiempo de viaje de casi 19 horas es muy poco competitivo frente a otras alternativas. En el diagrama vigente hasta el descarrilamiento, el servicio tardaba poco menos de 13 horas, lo que era competitivo frente algunos servicios de micro, que pueden demorar más de 11 horas entre Buenos Aires y Bahía Blanca.

Por otra parte, porque la pérdida de una de las frecuencias semanales profundiza la reducción de la oferta ferroviaria entre ambas ciudades. Cabe recordar que hasta no hace tantos años atrás, Bahía Blanca contaba con servicios ferroviarios cinco veces por semana: tres vía Lamadrid y dos vía Pringles.

Las dos frecuencias de la vía Pringles -que atendían a localidades turísticas como Sierra de la Ventana- desaparecieron a mediados de 2016 con el fin de las operaciones de Ferrobaires y nunca volvieron a funcionar. A partir de entonces, el corredor quedó con un único servicio semanal vía Lamadrid, aunque a mediados de 2017 se restablecieron las tres frecuencias semanales que se mantenían hasta ahora.

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