Las obras de extensión de la línea E dan una nueva muestra del impactante grado de avance que llevan. La constructura Benito Roggio comenzó esta semana a desmantelar el obrador que ocupaba parte de la Avenida del Libertador en su cruce con Ramos Mejía, frente al edificio de la Administración de Infraestructuras Ferrovíarias (ex edificio de Ferrocarriles Argentinos y el ONABE). Por lo tanto, puede darse por finalizada la construcción de la losa de estación Retiro en ese sector, lo que habilita al Gobierno porteño a restituir el pavimento y los semáforos de la zona.
El obrador, que ocupa cuatro carriles, será desmontado completamente durante el fin de semana, por lo que se espera que el tráfico sobre Libertador vuelva a la normalidad para el lunes. Esto incluye la restitución de la ciclovía construída por el GCBA poco antes de que comenzaran las obras del Subte. No obstante, Roggio emplazará un nuevo obrador que ocupará dos carriles de Libertador, entre Basavilbaso y Esmeralda, en donde se construirá la rampa de acceso para los camiones y maquinaria que extraerán la tierra del recinto de la futura estación. “También van a continuar el resto de los cierres en Alem, entre Corrientes y Perón y entre Marcelo T. de Alvear y San Martín. Pero estos son pequeños pozos de ataque que no ofrecen mayor interferencia al tránsito”, explicó Carmelo Sigillito, director de Tránsito de la Ciudad.
La extensión de la línea E desde Bolívar a Retiro es la única obra de Subtes a cargo del Estado nacional, ejecutada a través de la Secretaría de Transporte. Los trabajos comenzaron en julio de 2009, tras una demora de décadas, y se prevé su inauguración para marzo de 2012. Las estaciones Correo Central, Catalinas y Retiro, construídas con la metodología Cut&Cover ya empleada por SBASE en las extensiones a su cargo, contrastarán fuertemente con el paupérrimo estado de conservación y limpieza en que se encuentran las estaciones del tramo actualmente en servicio de la línea E, que requieren una urgente restauración.