Un hombre enfurecido rompió el vidrio de la puerta de un coche de la línea A que se encontraba detenido en la estación Congreso. El pasajero intentó subir al tren cuando las puertas se estaban cerrando para retomar la marcha, por lo que su brazo quedó atrapado. Desde el interior, otro pasajero intentó ayudarlo a liberarse: esto provocó una iracunda reacción del hombre, que comenzó a insultar al que pretendía ayudarlo y rompió con su puño uno de los vidrios de la puerta. Los fragmentos lastimaron en la cara a un joven que se encontraba dentro del tren.
Al detenerse la formación en Alberti, otros pasajeros del coche siniestrado avisaron al guarda lo sucedido. La línea fue interrumpida para poder brindar asistencia al herido y retirar de circulación el tren. Por los altoparlantes de la estación, una voz que recordaba a los tiempos de Subterráneos de Buenos Aires decía “Se pone en conocimiento del público usuario que la línea A funciona con demoras”. El coche vandalizado fue trasladado a Primera Junta para su inmediato envío al taller.
Las puertas de los trenes de la línea A se abren manualmente, pero el guarda las cierra automáticamente gracias a un mando a distancia. Una vez cerradas, es imposible volver a abrirlas sin que antes el guarda destrabe el mecanismo. Los pasajeros habituales de la línea conocen acabadamente su funcionamiento, por lo que incidentes de esta naturaleza son hechos aislados aunque no se limitan únicamente a la línea A.