El año en curso parece no ser uno de los mejores para la línea D. Esta vez, un fuerte olor a desechos cloacales se siente entre las estaciones Bulnes y Scalabrini Ortiz, uno de los tramos más congestionados de esta línea en pleno barrio de Palermo. Desde hace dos semanas, los pasajeros de la D deben tolerar un fenómeno lamentablemente habitual en la red de Subtes.
Hace casi 2 años que la misma línea, en el mismo tramo, había sufrido un acontecimiento similar. La concesionaria emitió en su momento un comunicado donde acusaba a la empresa AYSA por no reparar un conducto cloacal maestro averiado en esa zona, y que afectaba directamente el servicio subterráneo. El mal olor persistió durante más de dos meses.
En otras líneas, las filtraciones de emanaciones de las cloacas, sino directamente de aguas servidas, suele ser moneda corriente. Hace algunos años, la estación Callao de la línea B fue invadida por estos olores de forma tal que las quejas de los pasajeros obligaron a Metrovías a colocar carteles explicativos dentro de las formaciones para comunicar las razones de estas molestias. La línea A también fue afectada, aunque en fecha más reciente: en el túnel entre Piedras y Lima podía sentirse un fuerte olor a excrementos, que afortunadamente ha decaído en los últimos meses.