enelSubte recorrió el “Laboratorio Patrimonial Centenera”, un viejo depósito que depende de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) que está siendo reconvertido en un “espacio multidisciplinario” para la preservación del patrimonio de la red de Subte.
El “laboratorio patrimonial” funciona en un galpón de 1250 metros cuadrados que está ubicado en la misma manzana del Taller Polvorín, aunque cuenta con un acceso independiente por la calle Del Barco Centenera.
La apuesta, explicaron representantes de SBASE durante la recorrida, es que el taller trabaje en aspectos como restauración de murales, conservación y exhibición de piezas patrimoniales e históricas, y en la reproducción de piezas tales como mayólicas y azulejos para reposición.
Uno de los proyectos más importantes en los que se está trabajando actualmente es en la recuperación de los planos históricos de Subterráneos. La planoteca de la empresa, entre la que se cuentan unos 50 mil planos centenarios de tela o papel, se vio afectada por una inundación años atrás. Los planos rescatados se encuentran congelados en un contenedor refrigerado.
Para recuperarlos se diseñó un “laboratorio de planos”, de 50 metros cuadrados, diseñado específicamente para evitar el ingreso de luz solar y agua, y que cuenta con condiciones de humedad y temperatura controladas. Los planos se extraen del contenedor, se descongelan, desenrollan y clasifican para su recuperación.
Desde la empresa explicaron que ya se han firmado convenios con la Universidad Nacional de las Artes (UNA) para avanzar en la restauración de los planos. Semanas atrás se realizó una primera prueba de campo “sobre un corte de 120 planos”.
Otro proyecto de importancia es el “laboratorio de mayólicas”, un taller que estará dedicado a la reproducción y restauración de azulejos históricos de la red. Esta iniciativa contempla el acopio y clasificación de azulejos que han sido retirados por motivos de obras –por caso, las mayólicas de Diagonal Norte retiradas por la obra del Nodo Obelisco-, y una buena cantidad de piezas originales sin uso destinadas a reposición, conservadas en el lugar.
El almacenamiento, que pudo ser recorrido por este medio, también incluye la totalidad de un mural de la estación Scalabrini Ortiz de la línea D, que fue retirado de su lugar por problemas de filtraciones.
A su vez, se adquirió un horno de cerámica que servirá para la fabricación de piezas de reposición. Dada la escasez de presupuesto que SBASE destina al proyecto del laboratorio patrimonial, el horno debió ser adquirido con un financiamiento de 2,5 millones de pesos del programa de mecenazgo cultural del Gobierno porteño, a solicitud de la Asociación de Amigos del Tranvía (AAT), que colabora con la iniciativa mediante un convenio.
Un tercer sector -aún no habilitado- será un auditorio construido con materiales de rezago reutilizados, desde una óptica de sustentabilidad, que será destinado a capacitaciones y muestras. El recinto tendrá capacidad para 90 personas y contará con 100 metros cuadrados de superficie. Sus paredes externas están conformadas con cartelería en desuso, mientras que su insonorización será proporcionada por paneles acústicos retirados de los túneles de la línea C. En tanto que las butacas serán asientos reutilizados que se encontraban en la sede de Metrovías/Emova (que es, en realidad, propiedad de SBASE), Bartolomé Mitre 3342.
En el depósito se encuentran almacenadas una gran cantidad de piezas patrimoniales sin destino claro aún. enelSubte pudo verificar la presencia de cartelería en desuso, antiguos componentes del sistema de señalamiento ATS de la línea C de 1934 (paneles, tableros y mesas), y hasta las recordadas balanzas que se encontraban en las estaciones de la línea A. En el caso de estas últimas, desde SBASE confiaron a este medio que se han puesto en contacto con el fabricante original, que les envió planos y documentación indispensables para su restauración, y que existen conversaciones con la embajada de Alemania para que ese país financie los trabajos requeridos.
Siguiendo con la óptica multidisciplinar con eje en la sustentabilidad, la educación y las relaciones con la sociedad civil, se está trabajando en un proyecto de “segunda vida”, que consiste en rediseñar, reparar y reutilizar ventiladores industriales en desuso para su transformación en aerocargadores. El objetivo es que un 80% de la energía que necesita el taller para funcionar sea obtenida a través de estos generadores eólicos. El proyecto cuenta con participación de la Universidad Nacional de San Luis, la escuela técnica ENET 17, la Unidad 47 del Servicio Penitenciario Bonaerense y la Fundación Funicomapi.
Otros proyectos menos avanzados consisten en la construcción de una huerta en el patio del taller, la reutilización de antiguos kioscos de revistas como bibliotecas y la restauración del coche UEC Preston número 4 (original de la línea A), que se encuentra en custodia de la AAT en Polvorín.
El traslado del tranvía Alstom Citadis que originalmente circuló en el Tranvía de Puerto Madero al “laboratorio patrimonial”, que se había barajado algunos meses atrás, no fue mencionado durante la recorrida. La unidad se encuentra actualmente almacenada en el Taller Mariano Acosta del Premetro.
