Luego de dos intentos frustrados, uno por la retirada del bloque kirchnerista tras que el macrismo acusara a su jefe de bancada y otro por el rechazo de todos los bloques opositores al aplazamiento de las elecciones comunales, la nueva ley de subterráneos podría ser sancionada mañana jueves. Tres semanas más tarde que la fecha prevista inicialmente y unos 600 metros de túnel perdidos según los 40 kilómetros por año, puesto que el gobierno porteño argumenta que las modificaciones a la ley 670 vigente –adelantadas por enelSubte.com– son necesarias para comenzar las obras.
La Comisión de Labor Parlamentaria colocó en el orden del día el tratamiento de los demorados cambios a la normativa vigente, que habilitan el financiamiento por toma de deuda y la posibilidad –aunque no excluyente– de que el Estado retome la prestación del servicio en las líneas a construirse. Si no hay inconvenientes y las letras de molde son sancionadas, empieza a partir de mañana el tiempo de descuento del gobierno de Macri para mostrar avances en la materia.
El Subte, sobra decirlo, necesita ser expandido urgentemente para cubrir la demanda de una megalópolis como Buenos Aires. Se lo agradecerían porteños y bonaerenses que todos los días engrosan la población de la Ciudad al ir a trabajar o estudiar. En tal sentido, sigue sin haber fecha cierta para la inauguración de la extensión de la línea A a Carabobo, cuya obra civil culminó en noviembre del año pasado. Para las extensiones de las líneas B y H, obras en marcha y avanzadas, deberá esperarse como mínimo al año próximo.