12 octubre 2024

Para que el negocio no quede en un solo monedero

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El Banco Nación, a través de su empresa de servicios, será la entidad encargada de la administración total del nuevo sistema de boleto electrónico para el transporte metropolitano. Esto incluirá hacerse cargo de toda la infraestructura (máquinas lectoras y tarjetas), los recursos humanos para los diferentes puntos de venta y el manejo del dinero de cada uno de los boletos vendidos (aproximadamente 11 millones diarios) que girará cada 24 horas a las empresas de transporte.

El objetivo de esta iniciativa, cuya financiación correrá por cuenta de la Secretaría de Transporte, será reemplazar todos los medios de pago existentes, es decir las monedas y las tarjetas de algunas empresas de colectivos. También sería el fin –en el mediano plazo– de la muy publicitada Monedero, una tarjeta emitida por el Grupo Prominente, de la familia Roggio, que se utiliza en el subte y el ferrocarril General Urquiza (ambos concesionados por Metrovías, y otros comercios. Un negocio millonario por el cual generan el flujo de fondos para financiar la emisión de tarjetas de crédito en asociación con el grupo IRSA.

Nación Servicios tendrá el rol de administrar y gestionar el nuevo sistema de boleto electrónico, desde la infraestructura hasta los recursos humanos. Fuentes de la entidad que conduce Mercedes Marcó del Pont señalaron a Página/12 que si bien se viene trabajando en este proyecto desde hace un tiempo, todavía quedan cosas por definir. Lo que sí tienen en claro es que deberán trabajar contrarreloj para determinar cómo se imprimirán las tarjetas y quién será el proveedor de las máquinas lectoras. La Secretaría de Transporte pondrá el dinero, aunque todavía no se sabe cuánto.

En un principio convivirán todos los medios de pago (monedas y tarjetas). Desde Transporte explicaron a este diario que, incluso, se podrá abonar el pasaje con monedas y completar el saldo con la tarjeta. Además, el Banco Nación adelantó que se implementará en una segunda etapa la posibilidad de recargar los plásticos a través de débito automático u otros medios electrónicos.

El banco público ya tuvo una primera experiencia en Mendoza, donde se encargó sólo de las cuestiones operativas. Por otro lado, en la ciudad de Mar del Plata también se intentó aplicar un sistema único de pago electrónico, pero fracasó. Por eso la municipalidad tuvo que implementar un sistema mixto. Por su parte, el ex diputado Héctor Polino, de Consumidores Libres, indicó que el Gobierno debería implementar un boleto electrónico de carácter fiscal, impreso por el propio Estado “para evitar cualquier tipo de fraude”.

Más allá de estos detalles, el Banco Nación comenzará a manejar el flujo de fondos generado por la venta de 11 millones de pasajes diarios. Si se toma como ejemplo un precio del boleto promedio a 1,25 peso, serían casi 14 millones de pesos diarios. El banco público recogerá el dinero cargado en las diferentes bocas de expendio (que todavía restan definir) y transferirá a las 24 horas el dinero correspondiente a los pasajes vendidos. Con el sistema de tarjetas, los usuarios suelen cargar más dinero del que utilizan en el día. Por lo tanto, habría un saldo favorable para el Banco Nación que podría utilizarlo financieramente.

El objetivo del Gobierno es la unificación de todos los sistemas de pago. Uno de los principales afectados serán los dueños de la empresa Metroshop, formada por el Grupo Roggio, quienes manejan la tarjeta Monedero y Tarshop, de Alto Palermo, dueños de Tarjeta Shopping. Ambas empresas colocaron desde 2005 hasta la fecha ocho fideicomisos. El último fue en septiembre de 2008 por un total de casi 35 millones de pesos.

Los fideicomisos son una transferencia de créditos hacia una entidad fiduciante (Banco de Valores), quien emite títulos privados que cotizan en Bolsa. Con la comercialización de esos títulos, Metroshop obtenía el financiamiento para la implementación de sus tarjetas de crédito. Esta es una operatoria permitida por la Comisión Nacional de Valores.

Desde la CNV señalaron a Página/12 que quien aportó el dinero para el último fideicomiso fue Tarjeta Shopping. Pero dejaron entrever a este diario que el dinero también pudo salir del flujo de fondos diarios de Metrovías, a partir de la carga de dinero en las tarjetas Monedero. Es decir, un negocio financiero –legal– surgido a partir de la concesión de un servicio público, que ahora podría ser aprovechado por el Estado.

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