Concejales de la ciudad de Córdoba viajarán a Buenos Aires para conocer las obras de extensión del Subte porteño. “Nos han invitado para que el martes viajemos a la Capital Federal (un edil por bloque) y veamos las obras que se están haciendo allá para la ampliación de la red de subterráneos y que serían similares a las que habría que afrontar en Córdoba”, dijo el concejal oficialista Gustavo Barrionuevo (Bloque Social por Córdoba). Increíblemente, Barrionuevo comentó que alguien de la intendencia les dijo que “el suelo de Córdoba presenta mejores condiciones que el de la ciudad de Buenos Aires para una obra como ésta”. Vale aclarar que esto no es exacto, ya que si bien el subsuelo cordobés es más consistente que el porteño y permite la realización de largas galerías sin hormigonar, se necesitan métodos más drásticos para realizar los mismos avances que en Buenos Aires podrían lograrse con métodos convencionales.
“Somos muy optimistas y pensamos que la iniciativa marcha muy bien, hasta el punto de que trataremos de que la aprobación del proyecto, en segunda lectura, se concrete durante los primeros días de enero”, en sesiones extraordinarias, indicó Barrionuevo. El Concejo Deliberante aprobó el jueves, en una primera lectura, el convenio celebrado entre la Municipalidad y la Nación para la construcción de una red de subterráneos en la capital cordobesa, en el marco de los acuerdos celebrados entre el Estado nacional y China. Para que la iniciativa prosperara parcialmente (aún falta una segunda lectura), el oficialismo contó con el aval de todos los otros bloques: “juecistas” del Frente Cívico, bloque Eva Duarte de Perón, Frente Progresista, Unión por Córdoba y los seis ediles de la Unión Cívica Radical. Sin embargo, para lograr la aprobación en segunda lectura los bloques opositores solicitaron datos adicionales sobre el proyecto a la secretaría de Transporte.
El proyecto, que permitiría que unas 200.000 personas puedan viajar a diario en subte por la capital cordobesa, prevé cuatro líneas para cubrir un recorrido de 18,57 kilómetros, a lo largo de los cuales habrá 30 estaciones. La inversión prevista es de entre 1.560 y 1.800 millones de dólares, con una financiación a 15 años, un plazo de gracia de 36 meses y una tasa de interés del 8,5% anual. No obstante, dicha infraestructura parece desproporcionada para transportar solamente 200.000 personas si se la compara con algunos guarismos del Subte porteño. En ese sentido, la línea A transporta 216.000 pasajeros diarios por una traza de 8,3 kilómetros y 15 estaciones (contando a Pasco y Alberti como una sola). Los defensores del Subte cordobés argumentan que Córdoba tiene hoy una cantidad de habitantes similar a la que tenía Buenos Aires en 1913, pero olvidan mencionar que antes de construirse la línea A la Capital contaba con una red de 875 kilómetros de tranvías (una de las más grandes del mundo) y una aceitada red de ferrocarriles suburbanos que cubrían buena parte de la demanda de transporte. Quizás, Córdoba debería evaluar previamente la construcción de medios de transporte alternativos como hará Rosario, o bien que su pretendida red de Subte funcione previamente como un premetro al estilo del que funciona en Bruselas, por cuyos túneles circulan formaciones tranviarias pero ya la infraestructura queda preparada para prestar servicios como “metro” una vez que crezca la demanda.