En la recorrida que el jefe de gobierno realizó en compañía de funcionarios el pasado miércoles por las obras del tramo C2 de la línea H, el alcalde porteño realizó breves declaraciones a la prensa referidas a las obras de expansión de la línea amarilla.
Tras una mención elíptica a las estaciones Sáenz y Pompeya, en la que omitió mencionar la virtual cancelación de ambas, fue consultado por un periodista acerca de si el trazado “llegaría a Retiro”. El jefe de gobierno respondió que “esta primera etapa” contempla la ejecución de las obras hasta Las Heras y que “seguramente” el Subte va a llegar a la Facultad de Derecho.
Cabe recordar que el tramo C2 contemplaba también la ejecución de la estación Plaza Francia, dilatada por una acción judicial interpuesta por la asociación Basta de Demoler. Si bien la justicia resolvió la cuestión en favor de SBASE, la estatal se rehusó a continuar con las obras, apoyando una modificación de la traza que reubicaba la cuestionada estación en inmediaciones de la Facultad de Derecho, desviando a la línea H por la Villa 31 y enlazándola con la línea C.
Pero el jefe de gobierno desconcertó con una breve y confusa declaración en la que aseguró que luego de que llegue a Derecho “se verá el nuevo plan, si [la línea H] conecta o no con la E“. Cuestión llamativa por dos razones: en primer lugar, porque la Ciudad retaceó en los últimos meses su apoyo a una variante que implicara una vinculación entre las líneas E y H que, ponderada por algunos especialistas, hubiera implicado respetar el trazado establecido por la ley 317 para la línea H.
En segundo lugar, aunque no menos importante, porque en julio pasado la Legislatura aprobó con los votos del propio oficialismo local, el Frente para la Victoria y sectores del progresismo y a instancias de SBASE y el legislador Gentili (Izquierda Democrática) una ley que alteró sustancialmente el tramo final de la línea H, llevándola por la Villa 31 construyendo las estaciones Facultad de Derecho, Padre Mugica y Terminal de Ómnibus, formando un enlace operativo con la línea C. De dicha propuesta no se conocen estudios de demanda y flujo, como tampoco de calidad de suelos, aspecto no menospreciable ya que la cercanía a un curso de agua obligó a cancelar indefinidamente las estaciones Sáenz y Nueva Pompeya.
La ley fue promulgada de hecho, sin la firma de Macri, en agosto pasado; pero esto no constituye excusa para su desconocimiento. ¿Será que las intenciones se orientan a que la línea H termine en Facultad de Derecho, y que el único objetivo detrás de una ley de dificil realización -por los múltiples obstáculos que encuentra- es la valorización de los terrenos para proyectos inmobiliarios que pondrían en riesgo a los ferrocarriles y el puerto, como parece hacerse cada vez más explícito?