20 abril 2024

Venden libros para bocetar grafitis de Subte

Ofrece planos de unidades La Brugeoise, Mitsubishi, Nagoya y Alstom para que grafiteros puedan diseñar sus actos de vandalismo que realizarán durante la noche en el Subte. Puede conseguirse en los mismos locales donde se venden las pinturas importadas que estos individuos emplean.

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Hecha la ley, hecha la trampa; y hecha la trampa, hecho el mercado. Al menos así parece funcionar el mundo del grafiti al que si algo le faltaba, y cuyos adeptos crecen en número al mismo tiempo que lo hace la desidia de la concesionaria por evitarlo y limpiarlo, era un manual para diseñar previamente lo que luego se pintará sobre los trenes del Subte. El libro trae planos de unidades La Brugeoise (línea A), Mitsubishi (B), Nagoya (C) y Alstom (D) al estilo de los libros para colorear destinados a los niños. Allí, el grafitero podrá dar rienda suelta a su peculiar sentido de la creatividad para crear lo que luego ejecutará en los subtes una vez que estos cierren. Mientras dibuja en la tranquilidad de su hogar, podrá también despedirse de todo atisbo de espontaneidad y transgresión que pudo haber tenido esta práctica en sus inicios en subculturas urbanas.

Si en algún momento la idea de pintar un tren era la adrenalina del escaso tiempo disponible y la evasión de los dispositivos de seguridad en estaciones y túneles, hoy la realidad es muy diferente. Algunas “obras” que pueden verse en el Subte de Buenos Aires incluyen la pintura de todo un tren, a veces con diseños muy elaborados, que requieren más que unos pocos minutos para su ejecución: esto se nota particularmente en las primeras horas del servicio, cuando no es inusual toparse con un tren que tiene todavía la pintura fresca que, obviamente, se queda en la ropa del desprevenido pasajero. El nivel de relajación de la seguridad es tal que pueden advertirse manchas de pintura en los bordes de andenes de estaciones terminales como Bolívar, que para colmo tiene detrás de sí un taller y cochera todavía en funcionamiento.

De acuerdo a fuentes consultadas, el grafiti subterráneo no es barato de practicar. Los frascos encontrados tirados en donde se realizó el acto son de pinturas en aerosol importadas de alta calidad, y los videos y fotografías que los autores luego suben a Internet tienen siempre excelente definición. Personal del subterráneo comentó a este medio que, durante la noche, no se atreven a caminar por los túneles por temor a encontrarse con bandas de grafiteros que, en ocasiones, llegaron a amenazar a conductores con armas blancas. Resultaría deseable que las autoridades del gobierno porteño tomen medidas urgentes para reforzar la seguridad del Subte también en estos aspectos: no es para nada tranquilizador saber que cualquiera puede ingresar a la noche a la red sin ser detectado.

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